ADMIRA

Para conocer la historia de las guitarras Admira hay que remontarse al siglo pasado, al año 1932, cuando Enrique Keller Fritsch, un hombre de negocios alemán natural de Múnich, llegó a Zarautz, una pequeña ciudad al norte de España. Enseguida se enamoró de este lugar, con montañas a un lado, el Mar Cantábrico al otro y un clima parecido al que ya conocía de su tierra natal.

Tan sólo 5 años después de terminar la Guerra Civil Española, en 1944, Enrique Keller Fritsch empezó una empresa dedicada a la elaboración de juguetes e instrumentos musicales infantiles (armónicas de boca, teclados, pianolas, etc.), utilizando sobre todo la madera como principal materia prima. Esta idea surgió a la vez que otros compatriotas asentados en Guipúzcoa fundaron empresas muy importantes en la región.

Más adelante, Enrique Keller Fritsch, observando la cambiante demanda del mercado, decidió reestructurar la empresa y, por lo tanto, su actividad. A partir de ese momento, la fabricación de guitarras clásicas Admira y otros instrumentos musicales sería la principal misión de la compañía.

La plantilla de Enrique Keller S.A. ha sido, sin lugar a dudas, una parte fundamental en nuestra historia. Por los talleres y oficinas han pasado varias generaciones, padres e hijos trabajando en ocasiones juntos y muchos trabajadores se jubilaron después de toda una vida en Enrique Keller S.A.

En la actualidad se encuentra dirigida por los nietos de Enrique Keller Fritsch, quien murió a principios de los años 80.